Muchos de los establecimientos de compraventa de vehículos de ocasión que no pudieron sobrevivir a la última crisis llegaron a una situación crítica cuando de repente se produjo el corte brusco en la afluencia del crédito.
Hay que tener en cuenta que vender coches no es como vender pipas o ropa de deporte. Para contar con un stock mínimo, hace falta un buen pulmón financiero que permita adelantar grandes cantidades económicas para pagar los vehículos hasta el momento que se venden y se cobran al cliente.
Mientras que los concesionarios oficiales, salvo excepciones, siempre han contado con buenas pólizas de crédito con las que financiar sus stocks, los establecimientos de compraventa (o incluso los departamentos de VO de los concesionarios de marca) llevan años pasándolo canutas para lograr la financiación que garantiza la pervivencia del negocio.
El artículo de hoy trata sobre las pólizas de crédito que algunas entidades financieras empiezan a ofertar a los establecimientos de compraventa de vehículos usados.
La dificultad de financiar coches usados
Ya hemos visto en más de una ocasión que los vehículos se deprecian a una velocidad asombrosa.
Esa es la razón por la que muchos bancos y entidades financieras no ven con buenos ojos la posibilidad de financiar los stocks de automóviles de segunda mano.
Mientras que las flotas de vehículos sin matricular, en principio, no se deprecian hasta que el coche no se le entrega a un cliente después de habérsele matriculado a su nombre, no ocurre lo mismo con los modelos usados.
¿Por qué es tan importante la depreciación de los vehículos?
La respuesta se encuentra en las garantías de pago.
Cuando una financiera confía en un concesionario y le ofrece una póliza de crédito, tiene las plenas garantías de que, de una forma o de otra, cobrará el préstamo concedido.
Por lo que me cuentan en varios concesionarios, junto con la garantía física de las documentaciones de los coches —que suelen estar retenidas por las entidades financieras hasta que el concesionario las va pagando cuando llega el momento de matricular cada vehículo— ahora también se exigen garantías patrimoniales societarias e, incluso, personales por parte del gerente.
Si el valor de los coches que están financiados contra la póliza de crédito disminuye, la garantía de ese crédito ya no cubriría el total del préstamo. Y eso es un problema para la financiera que deja el dinero, porque en caso de impago, aunque se embargase el vehículo no lograrían recuperar todo el capital prestado.
¿Cómo funciona una póliza de crédito?
Las pólizas de crédito que contratan los concesionarios suelen funcionar del siguiente modo:
- Una financiera le concede al concesionario una línea de crédito que puede gastar o no.
- Esa línea de crédito le sirve al concesionario para ir pagando los coches que va comprando para su stock.
- Los intereses, en general, no suelen ser tan elevados como en otro tipo de préstamos; y, en algunos casos, incluso puede haber un período de carencia en el que no se pagan intereses.
- Se da la circunstancia de que solo se pagan intereses sobre el dinero realmente utilizado.
- Cuando el concesionario vende uno de sus coches en stock, le cobra el precio pactado al cliente y ese dinero sirve para cancelar con la financiera y así poder liberar la documentación (ahora se hace de un modo automático a través de una aplicación de la DGT que no genera la documentación ni la matriculación hasta que no se proceda al pago).
El fraude en las pólizas de crédito
El problema surge con los vehículos que están matriculados, ya que se pueden entregar a los clientes con una autorización provisional de carácter temporal emitida por una gestoría.
También se puede hacer un contrato ficticio con el cliente diciendo que se le ha prestado el vehículo para que lo pruebe durante un período de tiempo determinado, cuando realmente el coche está vendido y pendiente de pago a la financiera para que pueda transferirse a nombre del comprador final.
En caso de que una financiera llegue a detectar un comportamiento fraudulento por parte de la concesión, puede tomar medidas muy graves como las penalizaciones económicas o incluso la retirada de todas las líneas de crédito.
Generalmente este tipo de productos suelen hacerse por plazos más cortos de tiempo, para minimizar los riesgos de depreciación. Y además, solo suelen admitir a vehículos con una antigüedad máxima no mayor de 3 o 4 años.
Las pólizas de crédito para los vehículos de ocasión
Ya hemos visto que para las financieras conceder pólizas de crédito sobre vehículos ya matriculados y con cierto uso es un riesgo mayor.
No solo por la posibilidad real de que los vehículos financiados se deprecien y ya no cubran el valor financiado, sino también por la facilidad de que se puedan producir comportamientos fraudulentos o poco ortodoxos.
Por esa razón, las entidades financieras son bastante reacias a financiar este tipo de vehículos.
Pero, incluso así, hay algunas financieras que asumen los riesgos y optan por conceder a determinados establecimientos de compraventa pólizas para financiar automóviles de ocasión.
Generalmente este tipo de productos suelen hacerse por plazos más cortos de tiempo, para minimizar los riesgos de depreciación. Y además, solo suelen admitir a vehículos con una antigüedad máxima no mayor de 3 o 4 años.
De hecho, los productos financieros que conozco de este tipo suelen estar orientados a grandes establecimientos de compraventa, que cuentan con un buen músculo financiero (que no necesitan realmente de la financiación) y especializados en vehículos seminuevos con poca antigüedad.
¿Has utilizado alguna vez este tipo de productos financieros en tu negocio?
Como son pocas las entidades que trabajan este tipo de pólizas de crédito (y son aún menos los negocios de compraventa que las utilizan), me gustaría saber si eres uno de esos profesionales que las utilizan para financiar su stock de VO.
De ser así, me encantaría conocer tu experiencia directa en los comentarios de esta misma entrada.