Ya hemos dicho en varias ocasiones que las correctas tasaciones de coches usados son básicas en cualquier concesionario o establecimiento comercial que se dedique a la compraventa de vehículos usados. Por ese motivo he creado esta regla nemotécnica para facilitar el recuerdo de estos cuatro pasos que hay que seguir siempre que el concesionario se plantee la adquisición de un coche usado.
Revisa
Si tienes que tasar un coche, lo primero que hay que hacer es revisar concienzudamente todo el vehículo. Primero debes comprobar todos los posibles arañazos y defectos que pueda presentar la carrocería para ir marcándolos en un documento de tasación.
Sabiendo los daños de chapa y pintura, entonces podrás estimar un cálculo de costes sobre lo que habrá que gastarse para que el coche luzca como el primer día.
Hay que revisar el interior para comprobar el estado de los tapizados y guarnecidos, comprobar elevalunas eléctricos y funcionamiento de botonería y climatización. En caso de que pueda existir algún mal funcionamiento, también se reseñará en la hoja de tasación.
El estado de los neumáticos debe ser comprobado asimismo durante esa inspección visual. Lo mismo que el interior del motor, ya que de una simple observación se pueden deducir averías ocultas.
Por otra parte, tampoco está de más durante la revisión darse una vuelta con el vehículo para analizar si hay algún malfuncionamiento y conocer su causa. Si detectas alguna avería, también deberás calcular su coste de reparación.
Repara
Si tras la revisión exhaustiva le has hecho una oferta al propietario del coche por un precio que te permita arreglar todos los posibles desperfectos es posible que hayáis llegado a un acuerdo. En ese caso, en cuanto el cliente te deje el vehículo, debes hacer de nuevo otra revisión con la hoja de tasación que rellenaste la primera vez. Ahora se trata de chequear y presupuestar con exactitud todos los daños que viste en la revisión inicial.
Con un presupuesto cerrado, se debe iniciar la reparación de los principales daños. Y nunca se debe poner a la venta el coche sin haber reparado esos daños. Ten en cuenta que el vehículo debe venderse con una garantía, por lo que es preceptivo que antes de ponerse a la venta esté en un buen estado mecánico.
Reacondiciona
Muchos vendedores de coches de ocasión piensan que con reparar las averías más gordas es suficiente para poder poner a la venta el vehículo de ocasión. Pero los compradores, por mucho que estén adquiriendo un vehículo usado, quieren ver un automóvil reluciente, sin averías y sin desperfectos externos.
Tras la reparación mecánica, el coche de segunda mano debe pasar al departamento de chapa y pintura para arreglar todos los arañazos y abolladuras que tanto afean la carrocería del coche.
Si el primer paso de la tasación se hizo correctamente, los costes de este reacondicionamiento ya estarán contemplados en el presupuesto concreto de la segunda fase. Así que, por mucho que sientas la tentación de incrementar tus márgenes ahorrándote un correcto reacondicionamiento, no lo hagas: está en juego ni más ni menos que la satisfacción de tus clientes.
Una vez que se ha reparado la chapa y se han arreglado los posibles desperfectos interiores a nivel de tapicerías y guarnecidos, el coche estará muy sucio. Por eso es básico llevar a cabo un lavado interior y exterior concienzudo. Para estas operaciones es bueno usar ceras abrillantadoras, grasas que le den un nuevo aire al salpicadero, un buen aspirado a los tapizados, moquetas y asientos y la colocación de nuevas alfombrillas. Además, el uso de ambientadores también ayudará a eliminar los molestos malos olores que todos los vehículos usados presentan.
Revende
Si has seguido todos los pasos anteriores, el coche ya estará listo para que sea revendido a un nuevo propietario. Con el coche arreglado y limpio, tan solo queda empezar a enseñarlo para que se venda lo más pronto posible.
Cuando la operación se lleve a cabo, debes hacer una nueva revisión, así como una comprobación de niveles o directamente un cambio de aceite y una nueva limpieza externa e interna (sobre todo si se ha tardado un tiempo en realizar la transacción). Pero también es importante que contrates un seguro de averías con una empresa dedicada a ello durante todo el tiempo que el vehículo esté cubierto por la garantía legal. Así te evitarás muchos quebraderos de cabeza si a posteriori surgen los problemas.