Cada vez se muestra con mayor claridad que el futuro del automóvil irá unido indefectiblemente a la pila de hidrógeno. Esa parece la conclusión de un reportaje publicado por Information Trends. Según esta publicación, para el año 2032 la industria habrá vendido más de 20 millones de vehículos con pila de combustible de hidrógeno, por un montante total de 1,2 millones de dólares generados por la industria.
Se da la circunstancia de que este tipo de vehículos son los que mejor mira la industria petrolera al poder adaptar el actual sistema de distribución de combustible por el nuevo sistema de distribución de hidrógeno.
Unas cifras espectaculares
Naqui Jaffery, autor del reportaje y líder visionario de Information Trends, asegura que la pila de combustible de hidrógeno representa el futuro del automóvil al tratarse de una tecnología exenta de emisiones. Según el autor, este segmento de automóviles serán los de mayor crecimiento en el año 2050.
La publicación de Information Trends –una empresa norteamericana de investigación de mercados y consultoría estratégica– estima que en 2020 habrán las suficientes infraestructuras en todas las partes del mundo como para generar un gran impulso a la industria de la célula de hidrógeno. A partir de ahí, lo lógico sería que los early adopters iniciales fuesen las flotas y los consumidores de alto nivel, que impulsarían las primeras ventas.
Lo lógico sería que el mercado fuese dominado por Estados Unidos, aunque los que más potencial de crecimiento presentan son las regiones de Asia y Pacífico.
Para hacer estas estimaciones, el informe opina que son claves los incentivos que varios gobiernos están otorgando a este tipo de tecnologías. En concreto, la decidida apuesta que ha hecho Japón por implantar la industria de la pila de hidrógeno (con marcas como Toyota, que ya trabajan a pleno rendimiento en este sentido) son cruciales para que el resto de países productores sigan esta estela.
El futuro está en la pila de hidrógeno
En este reportaje se evidencia que el mercado de vehículos eléctricos carece absolutamente de futuro, debido a sobre todo a los graves problemas de autonomía de las baterías y la ausencia de una red global de carga.
Por el contrario, las células de hidrógeno permiten autonomías similares a las de los vehículos con motor de explosión, junto con unos tiempos de repostaje de hidrógeno bastante cortos. Si además tenemos en cuenta, como ya dijimos al principio del artículo, que la propia red mundial de gasolineras puede convertirse sin grandes problemas en una red de hidrolineras, es lógico pensar que esta industria es la que mejores perspectivas de futuro presenta.
¿Estás de acuerdo con las conclusiones de este estudio? ¿O por el contrario piensas que el vehículo eléctrico todavía tiene más recorrido del que parece? Espero tus opiniones y sugerencias en la sección de comentarios. Estoy deseando conocer tu opinión.