Estamos siendo testigos de un cambio nunca visto en la percepción que se tiene del automóvil y en el futuro de la movilidad en general. De unos años a esta parte, las ofertas y servicios para el desplazamiento en España se han multiplicado de forma vertiginosa, espoleado por nuevas normativas y valores impositivos más altos motivados por los elevados índices de contaminación. Este es uno de los principales motivos de tanto cambio, la polución y la búsqueda de soluciones para reducirla, sobre todo tras el famoso ‘dieselgate’ protagonizado por el Grupo Volkswagen-Audi (VAG) y secundado por muchos otros fabricantes. Pero no es el único motivo, el coche en propiedad, por ejemplo, ha perdido un enorme interés para las nuevas generaciones de usuarios. Tener un coche cada día es menos rentable al contar con trabas desde las administraciones que van desde cortes de circulación hasta nuevos impuestos que elevan el coste de posesión o la frustrante falta de estacionamiento.
Una serie de factores que han provocado el auge de otras formas de movilidad, como el pago por uso, el ‘carsharing’ o el renting, modalidad esta última cuya cuota de mercado alcanza uno de cada cinco coches matriculados. Las nuevas tecnologías también están siendo un punto importante en este cambio, con las carreteras más llenas de coches híbridos (híbridos eléctricos, los ‘auténticos’ híbridos ya que un motor de gas no es un híbrido), mientras que los eléctricos, aquellos que en teoría representan el futuro del automóvil, ganan adeptos poco a poco al mismo tiempo que administraciones y asociaciones apuestan por ellos con normativas y ayudas gubernamentales que favorecen su adquisición y circulación frente a otras alternativas más contaminantes.
Más del 50% de los españoles creen en el coche eléctrico

Todo esto viene de atrás, ha ido evolucionando y en 2016 ya se podían notar los cambios. En 2017, estudios como el realizado por el Centro de Demoscopia de Movilidad llamado ‘Españoles ante la nueva movilidad’, ponían en relieve la seguridad vial y cómo la perciben los españoles, pero también relevalaban otros datos interesantes. De todas formas, debemos tener en cuenta que España es un país cuya cultura en torno a la movilidad y educación vial no llega a la altura de los mejores de Europa, como Inglaterra o Alemania.
Por ejemplo, sólo dos de cada diez españoles está de acuerdo en cobrar un peaje a los vehículos particulares por el acceso a las grandes ciudades, pero un 54% estaría a favor de restricciones, un 38% propone crear más zonas peatonales y un 35% aumentar los carriles bici. Al mismo tiempo, el 69% de los habitantes opinan que el coche eléctrico puede ser una solución perfecta para moverse por las grandes ciudades, aunque falta infraestructura. Además, el 38% de los encuestados está a favor del coche autónomo y lo usaría de forma inmediata.
En mayo de 2019 se ha publicado la última edición de este estudio en el que colaboran también la revista Autofácil, Pons Seguridad Vial, Wible y moovit, pudiéndose apreciar una continuidad en los datos aunque en esta ocasión, las etiquetas de la Dirección General de Tráfico afectan mucho en las decisiones. Así, ante la pregunta de ‘¿te condicionaría las medidas anticonaminación a la hora de comprar un coche?’, el 67% afirmó que sí, no en balde, el objetivo de estas medidas es precisamente ese, influenciar. En Barcelona y Madrid, ciudades con más de un millón de habitantes, ese porcentaje sube al 73 y al 76% respectivamente. Por otro lado, el 41% de los encuestados dijo que, de comprar un coche menos contaminante, se decantarían por uno con distintivo CERO (eléctricos, híbridos enchufables con más de 40 kilómetros en eléctrico o pila de combustible). El 30% compraría un vehículo con etiqueta ECO (híbridos convencionales y a gas). No obstante, todavía existe un elevado número de personas que no confían en esta tecnología.
Los motores diésel en el punto de mira

Uno de los temas con mayor tendencia gira en torno de los propulsores diésel. Durante un par de décadas los motores alimentados por gasóleo han sido dominadores del mercado, apoyados e incluso subvencionados por gobiernos y asociaciones, los mismos que ahora cargan la culpa de la contaminación contra ellos. Un sinsentido que se refuerza con declaraciones polémicas e incluso sin fundamente alguno, que han provocado una gran desinformación que a su vez, llena de dudas a los usuarios que no tienen muy claro qué ocurrirá si compran un coche con motor diésel.
Si recurrimos nuevamente al estudio, encontramos datos llamativos que además, cambian con la edad del encuestado. Cuando se les pregunta por cuál creen que será el futuro de los coches diésel, el 55% creen que no llegarán a desaparecer completamente, mientras que un 33% opina que dejarán de venderse antes de 2030. Si nos centramos en grupos por edad, los encuestados más jóvenes, entre 18 y 24 años, dicen que deberían dejar de venderse antes de 2030 un 46% del total.
A esto deberíamos sumar los estudios que se han publicado hasta el momento sobre las emisiones de estos motores. Desde siempre, siendo además la principal argumentación a su favor, se ha dicho que los diésel emiten menos de CO2 que los propulsores de gasolina, obviando otros datos como las emisiones de NOx y partículas. Esta afirmación ha sido la más empleada e incluso hace muy poco, apareció un análisis que afirmaba que no sólo emitían menos CO2 que un gasolina, sino que emitían menos CO2 que un eléctrico (teniendo en cuenta todo el proceso de fabricación, transporte y obtención de energía, entre otras cosas). Al mismo tiempo, desde asociaciones afines a la industria del automóvil y desde los propios fabricantes, se insistía por activa y por pasiva, que los diésel modernos son los motores más limpios que se han fabricado hasta la fecha.
Idas y venidas que se acompañan con nuevas reglamentaciones y anuncios sobre prohibiciones de circulación como la que llevará a cabo el gobierno de Amsterdam, donde no podrán circular vehículos con motor de combustión a partir de 2030 (esto incluye a los gasolina). Además, se ha publicado otro estudio a fecha de mayo de 2019, que afirma que los motores diésel emiten más CO2 que los gasolina. Ha sido realizado por un ‘lobby’ ecologista llamado ‘International Council on Clean Transport’ (ICCT) y analiza las emisiones de un Volkswagen Golf 2.0 TDi BlueMotion de 150 CV matriculado en 2015 y un Volkswagen golf 1.5 TSi ACT BlueMotion de 130 CV matriculado en 2017. el resultado es un 135 más de CO2 en el caso del diésel de media. Decir que no son modelos 100% equivalentes en prestaciones y que el bloque TSi es un propulsor más moderno que el 2.0 TDi.
La nueva movilidad sustituirá al coche en propiedad

Estudios que se contradicen poniendo en duda su veracidad, declaraciones de administraciones que crean dudas en los usuarios y una subida de impuestos anunciada por el gobierno de España, han sido caldo de cultivo perfecto para que las nuevas ofertas de movilidad crezcan exponencialmente. Así, siete de cada diez españoles cree que el alquiler de vehículos, el coche compartido y el alquiler con conductor sustituirán al coche en propiedad a corto o medio plazo. Son datos del ‘estudio sobre La Movilidad del Futuro’ elaborado por Europcar Mobility Group España que también afirma que el 58,6% de los usuarios encuestados considera que el cambio será completo en unos 10 años, quizá menos.
Aquí nuevamente son los usuarios más jóvenes quienes apuestan por este cambio, y quienes también consideran vital la digitalización del automóvil en todos sus aspectos. Un apartado que ya se apoya desde asociaciones como FACONAUTO y que promete cambiar la forma de interactuar entre empresas y usuarios.
La concienciación ecológica también es un factor importante en esta cambio que estamos sufriendo. Los nuevos automóviles con tecnologías alternativas son más caros de adquirir, como siempre ocurre con algo nuevo que todavía tiene que popularizarse, sin embargo, dos tercios de los encuestados en el estudio de Europcar Mobility Group España están dispuestos a pagar ese sobreprecio aunque sólo uno de cada diez afirma haber alquilado un vehículo eléctrico o híbrido. Por otro lado, el 70% de los encuestados considera que un coche en propiedad y uno de alquiler son igual de contaminantes (algo lógico).
De todas formas, hay datos de la encuesta que son un poco dudosos. Se afirma que los híbridos y los eléctricos no son populares por falta de oferta (85%), desconocimiento sobre el tipo de coche (53%), mayores costos (50,4%) y falta de autonomía (45,6%). Datos que son atribuibles a vehículos eléctricos, pero no a los híbridos cuya oferta cada día es más elevada, hasta convertirse en la alternativa más fuerte al diésel. De hecho, la oferta de modelos eléctricos es suficientemente numerosa como para tenerla en cuenta.
Se destaca igualmente el peso que adquieren los servicios de coche compartido, con uno de cada cuatro españoles al tanto de su existencia y un 70% que lo considera una alternativa válida para sustituir al coche en propiedad. Además, el 70,1% de los conductores han alquilado o alquilará un vehículo, argumentando la libertad de movimientos y autonomía (81,5%), poder acceder a un vehículo adaptado a todo tipo de viajes (41,8%) y la posibilidad de contar con un medio de transporte más barato que otras opciones (41,5%).