El gas como combustible. La otra opción ECO

La carrera de la movilidad alternativa hacia la reducción de las emisiones o, en un futuro todavía lejano, su desaparición, cuenta cada día que con nuevos protagonistas. A los motores híbridos, popularizados por Toyota desde la puesta en circulación del Prius en 1997, se sumaron los motores eléctricos que ganan poco a poco adeptos y ahora, se unen a la ‘fiesta’ los propulsores alimentados por gas. Aunque para ser sinceros y totalmente veraces, los propulsores ‘de gas’ llevan tantos años a la venta, o quizá más, que los híbridos. No obstante, es ahora cuando, debido a las normativas cada día más exigentes, se posicionan como una alternativa menos agresiva con el medio ambiente que los tradicionales motores de combustión interna, ya sean alimentados por gasolina o gasóleo.

Hay varios fabricantes que han decidido apostar fuerte por el gas vehicular, como Dacia o, sobre todo SEAT, que además es la responsable de desarrollar la tecnología para todo el Grupo Volkswagen. También cuentan con el beneplácito de las administraciones y la Dirección General de Tráfico otorga a todos los vehículos movidos por gas la etiqueta ECO. La misma distinción que a los vehículos híbridos.

Aprovechando que se mencionan los híbridos, debemos hacer un pequeño inciso antes de seguir. Últimamente, ciertos fabricantes han comenzado a vender sus modelos ‘a gas’ como híbridos y no es correcto. Un vehículo híbrido e denomina así al poseer dos fuentes de energía diferentes, es decir, dos motores. Los vehículos que usan gas no tienen dos motores, tienen uno capaz de funcionar con dos combustibles: gasolina y gas (ya sea GNC o GLP). Por tanto, no son vehículo híbridos como los son aquellos que tienen un grupo propulsor formado por un motor de combustión interna (gasolina o gasóleo) y otro eléctrico. Básicamente, se usa la denominación de ‘híbrido’ como marketing.

Dicho esto, volvemos a la etiqueta ECO de la DGT. Los vehículos que usan gas en lugar de otro combustible, reducen notoriamente las emisiones contaminantes. En el caso del GNC, el Gas Natural Comprimido, se reducen un 25% las emisiones de CO2 respecto a un gasolina y hasta un 75% de NOx (óxido de nitrógeno) comparado con un diésel. Al mismo tiempo, las emisiones de partículas y SO2 (dióxido de azufre) son casi nulas. Además, para poder usar gas como combustible sólo hay que modificar algunos componentes de un motor de gasolina convencional y añadir el depósito correspondiente para el almacenaje del gas.

Tanto GNC como GLP (Gas Licuado de Petróleo o autogas), tienen los mismos beneficios económicos y medioambientales, aunque el GNC tiene mayor potencial al ser, sencillamente, el mismo combustible que se usa en los hogares para la calefacción y calentar el agua. De hecho, GE Global Research, división de I+D y desarrollo de General Electric (una multinacional norteamericana) y ARPA-E, agencia encargada de promover y financiar I+D para tecnologías energéticas avanzadas dependiente del gobierno estadounidense, investigan posibles soluciones para que la gente reposte gas en sus propias casas.

Sin embargo, aunque esta tecnología puede resultar una novedad en España, en realidad no lo es. Los taxistas llevan mucho tiempo empleando este tipo de combustible para realizar su labor pero al igual que los eléctricos o, principalmente, los híbridos (eléctricos), se está popularizando poco a poco espoleado por las cada día más restrictivas normativas de emisiones. Pero en Asia, un referente en el uso de este combustible, circulan más de 18,5 millones de vehículos alimentados por GNC y tienen una red de suministro con más de 19.000 estaciones, a las que se tiende a llamar ‘gasineras’. En España sólo hay unos 15.000 coches a gas y una ridícula red de estaciones con 150 puntos, de las cuales únicamente 65 son públicas, aunque se espera que aumenten a 100 en 2019.

Estos puntos fueron puestos en relieve en el VII congreso de Gasnam, celebrado los días 10 y 11 de abril. Gasnam es la asociación ibérica que fomenta el uso del gas natural y del gas renovable en la movilidad terrestre y marítima, que además cuenta con colaboradores de la talla de Galp, BP, Endesa, Iveco, SEAT o Enagas. Durante la última edición de su congreso, se ha reivindicado el GNC como la energía alternativa limpia y sostenible.

“Es una solución real y ecológica para la movilidad actual, y ayuda al cumplimiento de las exigencias europeas en materia de reducción de emisiones… el gas natural y renovable es la energía limpia del futuro y ya se nota en nuestras carreteras con 15.000 vehículos de gas natural matriculados, 150 ‘gasineras’ y subiendo, de las cuales se espera cerrar el año con 100 públicas. Es responsabilidad de la Administración fomentar esta fuente de energía”.

Declaraciones de Francisco López, presidente de Gasnam durante la inauguración del VII Congreso de Gasnam, que eran compartidas por José Domínguez, secretario de estado de energía y por Ángel Garrido, presidente de la Comunidad de Madrid, presentes en el congreso al igual que Matthias Caribaeum, vicepresidente ejecutivo de Scania, quien además añadía:

“El transporte terrestre es responsable del 20% de los gases de efecto invernadero, y como parte del problema debemos ser parte de la solución y las souciones eléctricas ayudarán, pero no serán la única fuente de energía alternativa. En Scania el 5% de nuestras ventas son de gas y ese porcentaje deberá incrementarse”.

Uno de los mejores ejemplos en el uso del GNC es SEAT. La firma española, filial de VAG (Volkswagen-Audi Group) tiene la gama aliminetado por gas natural más completa del mercado. En total, son cuatro modelos diferentes, con dispares clientes objetivo: SEAT Mii Ecofuel, SEAT Ibiza TGi, SEAT ARona TGi y SEAT León TGi. Todos ellos con etiqueta ECO. Iveco también puede tomarse como referencia, ya que acaba de presentar una tractora alimentada por GNC, el Iveco Stralis NP400 y NP460, que llega con varios premios internacionales. El Stralis NP460 ha recibido el premio ‘Camión del Año 2018’ y ‘Camión Sostenible del año 2019’, a lo que debemos sumar un récord de distancia recorrida sin repostar: 1.728 kilómetros, distancia que separa Londres de Madrid. FIAT Professional lleva trabajando con esta tecnología 12 años (en concreto, con GLP); Aundi se aprovecha de la tecnología desarrollada por SEAT; Ford y Renault también cuentan con modelos alimentados por GLP…

La principal ventaja del GNC es el coste por kilómetro. El kilo de GNC (se mide en kilos y no en litros) tiene un precio de 0,90 euros, permitiendo recorrer 100 kilómetros por un coste medio aproximado de tres euros. Actualmente, un motor diésel tienen un coste cada 100 kilómetros cercano a los siete euros y un gasolina ronda los nueve euros. Los coches a gas natural ceden en autonomía, con depósitos pequeños (por coste de desarrollo y otros condicionantes), con cerca de 500 kilómetros para los mencionados modelos de SEAT (los que más ofrecen del mercado). Sin embargo, esos 500 kilómetros cuestan alrededor de 17 euros.