La estrategia de ventas en el sector del automóvil muchas veces se basa en la presión al cliente, algo que resulta muy molesto y que suele espantar al cliente. Aquí, doy mi visión personal de cómo ve el cliente la venta de un coche.
En esta ocasión, me voy a permitir el lujo de realizar un pequeño artículo propio, sin tomar referencias ni ningún tipo de información de otros medios o expertos en el tema, porque aparte de redactor, también he sido cliente y además, ‘consejero’ de muchos amigos y familiares a la hora de comprar un coche. También tengo acceso a una información que no todos tienen, como son los boletines de prensa o ciertos comunicados de las marcas que te dan otro punto de vista.
Personalmente, el primer problema que veo a la hora de vender un coche es la presión que ejercen los comerciales. No es la primera vez que alguien que me pregunta, me pide después que le acompañe al concesionario a ver el coche y tenemos un pequeño problema con el comercial precisamente, por pesado. A nadie le gusta que le persigan, ni que le llamen cada tres días para conocer su decisión, ni que le suelten la típica frase ‘solo si lo compras esta semana’. Cuando un cliente entra en una exposición, lo que quiere es ver el coche, no que el comercial de turno le atosigue con toda clase de información. Tampoco quiere sentarse en la mesa, quiere ver el coche, no al comercial. Si quiere información, el cliente la pedirá sin ningún tipo de problemas.
También hay un tema que afecta a los vendedores que no me gusta nada y que me ha llevado a tener alguna discusión que otra: muchos creen saber mas que el cliente. Estamos en la época de Internet, actualmente tenemos acceso a todo el conocimiento del ser humano en el bolsillo del pantalón, ¿Quién te dice a ti que no se ha estudiado todas las ofertas y toda la información disponible? Además, en mi caso, tengo acceso a tanta información o más que un vendedor. Hay que ser humildes, no pretender saber más que el cliente pues puede hacerle sentir mal e incómodo. Eso es un error y puedo asegurar desde ya mismo, que no volverás a ver a ese cliente en tu tienda.
Y ya por último, que tampoco quiero extenderme innecesariamente, está el tema del vocabulario ‘corporativo’. Me explico. Coge un catálogo cualquiera, o busca un anuncio de un coche y lee lo que pone. Por ejemplo: ‘conduzca uno de los mejores coches de su clase, un coche con raza’. O bien, ‘su diseño evoca fuerza y potencia, pruébelo’. ¿De verdad os pensáis que eso vende? A mi personalmente me da risa. Lo mejor es usar un vocabulario cercano, ameno y sincero. A un cliente no le puedes decir que tu coche es de los mejores de su clase, porque la tienda de al lado le ha dicho lo mismo y en ese momento está pensado ‘¿Que va a decir de su marca? Todos son iguales’. Como se dice vulgarmente, no le vendas la moto, haz que se sienta a gusto hablando contigo, pero no le leas el catálogo porque no funciona.